martes, 19 de febrero de 2008

Sorpresivo déficit fiscal en 2007


ISAAC ALFIE
Cuando todo hacía pensar que durante el año pasado las cuentas públicas terminarían en superávit, mayúscula resultó la sorpresa cuando las cifras oficiales quedaron en rojo, en especial porque el resultado del mes de diciembre fue deficitario en 1,3% del PIB. Las cuentas del Estado mostraban hasta el mes previo un superávit global, incluyendo las Intendencias, del orden de 1% del producto y 0,8% sin aquellas. Cierto es que desde el gobierno se informaba que el resultado iba a ser peor a lo que se mostraba pero, a fuer de sincero, jamás imaginé las cifras de diciembre.
RAZONES. El propio MEF emite un comunicado donde, en parte, explica el porqué de tan negativo resultado en base a pagos extraordinarios y la recomposición de inventarios de Ancap. Desde mi punto de vista, mirado el año en su totalidad, hay dos elementos que deterioran el resultado del mismo, el aumento de inventarios de Ancap de $ 1.000 millones y el pago por anticipado a la Caja Bancaria de $ 765 millones. Este último se origina en un convenio firmado en la segunda mitad de los noventa, por que el cual el Estado debía abonar a dicho Fondo de Retiro el importe del daño que le infringió el gobierno militar. Entre ambos contabilizan 0,3% del PIB, y su exclusión no logra poner el resultado en superávit. La primera razón (inventarios) seguramente mejore el resultado de 2008, en tanto la segunda, si bien tendrá el mismo efecto, será insignificante en función de la anualidad.
El comunicado del MEF habla también de otras transferencias extraordinarias (CND, Pluna, subsidios), pero en todos los casos no son de hechos de una sola vez como los anteriores, sino de pagos que se fueron dilatando a lo largo del año y se repetirán en el futuro. En los hechos la CND viene operando como una "Dirección de vialidad ad hoc" del MTOP, por lo que el dinero transferido es como si hubiera ido a dicho ministerio "vestido" de manera distinta, en Pluna habrá que seguir poniendo dinero de acuerdo al contrato firmado, en tanto los subsidios selectivos los implantó esta administración en la pasada Rendición de Cuentas.
CONSIDERACIONES. Varias cosas se pueden inferir de las cifras publicadas y, otras varias resultan las incógnitas que se generan en virtud de la forma de encubrir gasto por la que optó el gobierno.
Respecto de las conclusiones que se pueden extraer; en el año ocurrieron tres hechos que mejoran de manera importante el resultado fiscal, tal cual daba cuenta en esta misma columna a comienzos de octubre del año pasado:
a) el apartamiento de la inflación de los "precios implícitos en la programación" le estaba "aportando" al resultado fiscal una mejora del orden de 1% del producto,
b) el mayor aumento del PIB sobre el previsto, aportó otro 0,4% y,
c) la caída en la cotización del dólar que hizo que la carga de intereses se redujera en 0,7% del producto, de 4,4% a 3,7%. Pese a ello y, teniendo en cuenta que las Intendencias Municipales volvieron a mostrar superávit global, esta vez de 0,2% del PIB, el sector público volvió a registrar déficit.
A esta altura el resultado debería preocuparnos a todos.
Todo se explica por un gasto fuera de madre, cuya relación con el producto volvió a subir durante el 2007 y que todo hace prever continuará en dicha senda. No debemos olvidar que la mayoría de los analistas pensamos que el nivel del PIB se encuentra por encima del potencial, por lo que el ratio en cuestión está subestimado.
Por el lado de los ingresos, tal como consignara en una columna de principios de enero, las cosas no parecen mejorar, ya que tanto la DGI como el BPS parecen haber llegado a un límite que no pueden superar. Es más, de no haber sido por la notoria mejora en el resultado operativo de las empresas públicas (1,1% del producto) la situación fiscal, con todos los hechos a favor descritos, hubiera sido de preocupar (1).
Respecto de las incógnitas, tal como expliqué la CND está ejecutando gasto público y para ello recibe transferencias (vía capitalizaciones), cobra precios (vía peajes) y se endeuda. Lo cierto es que todo su gasto es público y no aparece en las cuentas fiscales, además la variación de su deuda es resultado fiscal (déficit si aumenta y superávit si cae), el cual no se contabiliza. Por su parte, el resultado de Ancap encierra varias operaciones que deberían clarificarse. En primer lugar, el llamado fideicomiso del boleto, cuyo gasto anual debe superar los $ 1.000 millones aparece escondido en el resultado primario de la empresa, siendo gasto público. En segundo término el combustible subsidiado a Pluna debe contabilizarse como gasto del gobierno central. Por último, todas las "inversiones" del ente en alcoholes, azúcar, la compra de las estaciones de servicio y otras actividades, en lugar de ser expuestas como gastos o quizás en algunos casos como inversiones, y por ende reflejarse en el déficit, se toman como inversión de cartera, aún las capitalizaciones recurrentes o los "préstamos" que el ente le otorga a empresas subsidiarias o controladas por él.
Ante ello es claro que tanto el gasto público como el resultado fiscal es peor del publicado. Sería bueno saber cuánto peor. Desde ya adelanto que no creo que el deterioro constituya una cifra que, en términos del PIB, luzca elevada.
EL 2008. De acuerdo a como se perfila el año no debería sorprender un aumento relativamente importante del déficit fiscal, en especial debido al deterioro del resultado corriente de las empresas públicas, y dentro de ellas, en UTE y Antel. En el caso de Ancap, seguramente utilice el stock de petróleo acumulado en 2007 lo que reduce el déficit del año y a su vez, la reducción del Imesi a las naftas dispuesta en diciembre pasado, traspasa a los ingresos tributarios (como debe ser) el peso de mantener incambiado su precio. Entre ambos conceptos la mejora del resultado es del orden de los $ 2.200 millones, lo que lo pone a salvo de un deterioro y quizás hasta mejore un poco.
Del lado de la recaudación cabe la duda en cuanto a la anunciada reducción del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. Considerando que la misma tenga efectos de caja a partir del 2009, los ingresos deberían mejorar en relación al producto por el mero efecto de computar un año completo de la reforma tributaria frente a cinco meses de 2007. De todos modos ello no alcanzará para absorber el aumento del gasto estimado (2). A su vez, la cuenta de intereses ayudará nuevamente en la medida que la cotización promedio del dólar, (como es la expectativa de los analistas), sea sustancialmente inferior a la del año pasado. Así el gobierno central pagará alrededor de ½% del PIB menos en esta cuenta.
El análisis profundo de las cifras nos muestra que las tendencias de largo plazo son preocupantes y que no habría espacio para la anunciada reducción del IRPF, salvo que ésta sea un "guiño" indicativo de buena voluntad. Meramente, el hecho que el tipo de cambio real con Estados Unidos a diciembre pasado estaba un 13% por debajo del promedio de los últimos 23 años, nos pauta que "volviendo al promedio" en la cotización la carga de intereses en lugar de disminuir medio punto del producto, aumentaría otro tanto y por ende el déficit fiscal sería 1% mayor. Otro factor lo constituye un producto por encima del potencial que aporta importante recaudación adicional.
En marzo de 2007, en una disertación de ADM expresé mis serias dudas acerca del comportamiento fiscal de la actual Administración. Mi posición se resumía en que pese a la espectacular coyuntura, (que si bien se moderaría iba a perdurar) y nos debía conducir a un abultado superávit, estaba convencido que el gobierno terminaría con un déficit fiscal superior al 2% del PIB, lo cual constituye un "atentado" a la estabilidad económica futura. Lamentablemente la probabilidad de que ello ocurra ha aumentado.
(1) Siempre hablando en términos relativos en función de la fase del ciclo económico en la que estamos.
(2) Siempre que la inflación se mantenga controlada.

No hay comentarios: